Carbohidratos.
Los carbohidratos constituyen solo el 3% de la materia orgánica de nuestro cuerpo, pero a pesar de ello juegan un rol muy importante en el aporte de energía y son fundamentales para el funcionamiento del sistema nervioso central.
Bajo condiciones normales nuestro cerebro utiliza casi exclusivamente como energía un azúcar llamado glucosa. Este es un tipo de azúcar que se conoce como simple. Cuando se trate de carbohidratos simples, se deben preferir las frutas, las verduras, la miel y los lácteos descremados o semidescremados dado a que estos entregan un azúcar denominado lactosa. También existen los azucares complejos.
Se debe tener precaución de que la mayor parte de los carbohidratos deben ser del tipo complejo. Los carbohidratos complejos son las pastas como fideos y ñoquis, las papas, los cereales y el arroz. Los carbohidratos complejos proporcionan energía de mas larga duración que los simples.
Carbohidratos Simples.
*.- Frutas.
*.- Verduras.
*.- Miel.
*.- Lacteos.
Carbohidratos Complejos.
*.- Pastas.
*.- Arroz.
*.- Papas.
*.- Cereales.
Grasa.
La grasa también tiene como función el aporte de energía, así como ayudar a regular la temperatura corporal en periodos fríos, entre otros. Las grasas son del tipo insaturadas y saturadas. Las grasas insaturadas son beneficiosas para nuestra salud porque pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular en especial la omega-3, que se encuentran en aceites de pescados. El problema es con las grasas saturadas presentes en los aceites animales y frituras, porque se relacionan al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Si bien las grasas no constituyen un porcentaje significativo dentro del músculo, estas se distribuyen en un tejido especial, denominado tejido adiposo. Este presenta el principal deposito de energía de nuestro organismo.
Las células grasas almacenan energía y vitaminas A, D, E y K que se acumulan en ella, sostienen algunos órganos internos y nos protegen del frío. La grasa tiene un impacto en la reproducción. En realidad, nuestros cuerpos comienzan produciendo grasa antes del nacimiento para prepáranos para la vida fuera del útero de nuestra madre. Durante los primeros seis meses de vida el numero de células grasas aumenta, luego este aumento se enlentece mucho durante la niñez y nuevamente durante la pubertad. Las mujeres reciben mayor proporción de estas células en preparación para el embarazo y la lactancia. Pero en la niñez, ya se ha determinado el numero de células que nos acompañaran durante toda nuestra vida. El peso ganado durante ciertos periodos críticos de la existencia ayuda a tener una alta cantidad de células grasas haciendo después mas difícil el tratamiento de la obesidad. Estos periodos son:
*.- entre el primer y segundo año de edad.
*.- Entre los 12 y 16 años de edad.
*.- En la adultez cuando una persona gana un exceso del 60% de su peso corporal ideal.
*.- En las mujeres, durante el embarazo.
Durante estos periodos una ganancia excesiva de peso provoca un aumento en el numero de células, y una vez que la célula grasa se ha formado, uno ya no puede librarse de ella, lo único que podemos esperar es reducir su tamaño.